Fin del verano.

Y llego, cuando parecía que nunca llegaría. Otra época intensa de mi vida. Otra vez bañada por el cielo y el sol. El ron, los besos rápidos con sabor a nuevo, las caminos de casa acompañada de unas manos extrañas. Cruzarme el infinito de las playas sin nada más. Qué verano más idílico. Y, qué amor tan real. Yo, que me volvía a creer invencible, y de nadie; ahora, no hay quién me sobrevuele sin que piense en tí.

Ese es mi problema. Yo y mi afán, por enamorarme de cualquiera que me quiera dar un beso más largo, una noche eterna donde morir.

Sigo reptando en tu espalda, si aún me lo pidieses. Pero no, tu sigues buscando otras faldas que no son las mías. Y, de nuevo, otra noche sin fín.

Esta vez, no apagues la luz que quiero memorizar cada uno de tus rincones, por si alguno se acuerda de mí.

Siempre va a ser así, no te marches, no me dejes. Si tuviera que quedarme a vivir en algún rincón, probablemente serías tu. 

Quién hará cosquillas a mis domingos,teñirá  de rojo mis noches negras. Déjame más tarde, quiero vivir un poco más.

Acurrúcate aquí, que quiero disfrutar de tu recuerdo.

No te vayas, por favor. Que mis labios ya han bailado en demasiados labios que no son los tuyos.

Dame de la mano y siénteme. Que mi sentido favorito es ese, el que tu me provocas al sentirme.

Pues eso, no aprendo y nunca aprenderé. Estúpida es poco. Ni tres meses he tardado en volver a enamorarme. Y esta vez, ya no es que me haga daño, si no que simplemente me ignora y quiere a otra que ya ni le habla... Parece que lo hago aposta. ¡Por favor, una ración de realidad por aquí!

Tu continente - IZAL.